
YouZee, una de las últimas iniciativas en aterrizar en España y la que más expectación ha despertado en Internet, ha logrado solo 71.000 registros en seis meses, pero no desvela el número de suscriptores de pago. Otros sí ofrecen datos y no son para tirar cohetes.
De los 250.000 registros en Wuaki (adquirido la pasada semana por el grupo japonés Rakuten), un 3% paga por alquilar. En CineClick, operativo desde agosto de 2010, apenas un 1% de sus 120.000 alquila cada mes. Filmin, especializado en cine independiente, y la sueca Voddler prefieren mirar a otro lado cuando se les pregunta por suscriptores.

“Yo pago los 6,99 euros de YouZee cada mes y hay pocas novedades, podría haber muchas más. Además, los estrenos van aparte de la tarifa mensual, me parece injusto”, dice Ismael Calleja, informático de 31 años que ha probado también Wuaki y Voddler, “¿pagar cinco euros por una novedad que se estrenó hace tres meses? Para eso ahorro dos euros más y la veo en el cine”.

Filmin es otro ejemplo de las difíciles perspectivas del sector. Lanzado en 2007 y con solo ocho empleados, no será rentable hasta 2014, según su portavoz, José Antonio de Luna. No desvela ni el número de registros ni cuántos pagan, pero sí apunta a por qué, en su opinión, el sector no despega: “Es muy simple, si el usuario encuentra en un clic todo el catálogo gratis, por mucho que hagamos se lo descargará. Te lo puedes creer o no, pero de 900 alquileres que tuvimos de Pa Negre, contabilizamos 900.000 descargas ilegales en la Red”.

Jacinto Roca, fundador de Wuaki TV, prefiere no apuntar a las descargas sino a la situación a un sector en transición. “No es cuestión de culpar a las productoras o a los exhibidores, explotan un modelo de negocio construido en torno al cine y no va a cambiar en un año, cambiará en tres o cuatro años. La prueba de que Internet es el camino es Netflix, poseen un gran catálogo, solo por suscripción y con muy pocas novedades y funciona”.
Netflix, con más de 13.000 títulos disponibles en streaming en EE>UU, sigue sin llegar a España. Fuentes del sector aseguran que el motivo del retraso en realidad no está relacionado ni con la piratería, ni con la Ley Sinde-Wert, como se venía especulando. La explicación apunta más bien a su desastroso 2011 en el que perdieron un millón de clientes tras subir precios y a la fallida expansión en Latinoamérica. Eso, unido a la crisis en España, ha convencido a Netflix a aplazar su desembarco.

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